viernes, 6 de agosto de 2010

BELLE EPOQUE
Cuando era joven salía a la calle y las mujeres se me colgaban del cogote. Siempre fue así. La gente me envidiaba y no tenían consuelo. Tampoco yo.
Dios murió un día lluvioso el primero de julio de 1974 con papá fuimos a despedirlo. Adiós. Papá borracho llorando desconsolado agarrándose a un poste. Fue un gusto General. Y aprendí a decir: adiós.
Tiré miguelitos en abril del 79 para que los carneros no vayan a trabajar. Y luego todo fue para mejor. No fui feliz, pero conocí gente interesante.
Gané la guerra en Malvinas. Solo y por las mías. Fumando cigarrillos y haciendo chistes de mal gusto.
Sacando cálculos mal y pronto, a ojo de buen cubero: 92.000 cigarrillos, 1.300 botellas de alcohol, 2 kilos y medio de cocaína y una cantidad indefinida de productos farmacéuticos. Y los chequeos me salen bárbaros.
Soy el perfecto ratón de laboratorio, feliz en su laberinto y esperando nuevos experimentos.




SIRENITA
Los niños mueren con su cuerpo quemado luego de grandes dolores y gritos y aunque sonrían en las fotos con dientes de piraña un día antes de su muerte y aunque sea la sirenita de Montserrat. Cadáveres tirados en el piso, niños muertos en incendio en la calle Defensa y Venezuela, hotel La moneda, las cenizas de carne, cartón y madera arrastradas por el viento, flotando en el aire, a los bigotes de un gato, en las hojas de árboles, en un libro de cuentos de hadas con páginas arrancadas tirado en la vereda.





REALPOLITIK
Las estrategias del dolor tejen su telaraña en este insomnio, como un kitsch tétrico, del cual no despertaré. El insomnio es no despertar. El insomnio transforma a todo en un sueño. Cuando duerma despertare de entre estos fantasmas de realidad.
Despertaré cansado, demasiado cansado y muy tarde.




SPEM REDUXIT
Entre trozos de basura, colillas de cigarrillos, cenizas, insectos de los que vuelan con alas y de los que caminan con varias patitas, paredes descascaradas y húmedas, polvo de tierra sobre muebles viejos, el sol iluminando el descuido y descubriendo mi cuarto en desorden, una ventana abierta poblada de olores y ruidos. Siento en mi cuerpo la fundación de un reino fatídico, oscuro, desquiciado. Mío.

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