viernes, 6 de agosto de 2010

CUMBIA
Veo un sol amarillo, palmeras, negritos felices y borrachos, pintados sobre una pared dentro del bar, en medio de la noche acariciado por una brisa seca y cálida que hace sonar objetos colgando en la puerta. Sentado en una silla de madera apoyando los codos en la mesa, mientras mis piernas saltan, siguiendo el ritmo de la canción que a todo volumen inunda el local. Tomo pisco y soy devorado por los mosquitos. Las horas están pasando lentas, pero el alcohol hace que sean como caricias. Espero el tren, soñando con soles, escombros, desiertos.
En el medio del local, sobre el piso de tierra, hay gallinas sueltas, que parecieran estar bailando al son de la música.
Apenas recuerdo algún pasado, ni puedo imaginar ninguna forma de futuro, ni de donde vengo, ni a donde voy, ninguna voluntad o pensamiento. Los sentidos mareados, los ojos adormecidos. Un zombi, un muerto viviente, víctima de alguna practica vudú para ser esclavo de un amo cruel e invisible. Mientras pienso esto, recorro los dibujos de las etiquetas de las botellas del lugar, entretenido con los colores y letras.
Yo espero al tren, que me lleve, para subir al cielo de mi noche, con la tierna indiferencia del mundo.




PIROPO
Cerca de mí, el papagayo arriba del coche abandonado y destrozado y una niña, miran cómo el árbol se convierte en fogata, el viento acaricia sus llamas, a orillas del río. Ambos contempla la hoguera, la niña con ojos casi cerrados, de letargo y el papagayo con curiosidad científica.
No sé cómo comenzó esta ceremonia.
Tengo una esta extraña sensación: no tener retorno.
Miro los cabellos de la chica, mecidos por la brisa, parecidos al fuego, como una piedra preciosa que baila y encandila.
Recuerdo que soñé estar aquí.







PUCHERO
La vía láctea pasa por el estómago.Paracelso

Imaginarios milagros, desde olores de las cocinas, mientras paseo por las calles de este barrio pintado de blanco y ahora amarillo por el atardecer, con sus puertas, ventanas de madera, de dorados vidrios.
Cacerolas con garbanzos, porotos, cocidos en agua con zanahorias, apio, choclos, cebollas, puerro, laurel, pimienta y perejil, en ollas y fuentes grandes. Mundo animal y vegetal, separado. Asado, vacío, rabo, caracú, falda y lengua; lavada y desgrasada. Pollo o gallina. Horas de calor. Horas de hornallas. Morcilla, chorizos colorados, el codillo, la panceta, el cuerito de chancho. Aceite de oliva, mostaza.
Caminando, despistado, cierro los ojos, aspiro con todas las fuerzas este aire seco, fresco.
Cierro los ojos y cruzo los dedos, un perro me sigue y siento tu voz dentro de mis oídos, recordando comidas y amores que se fueron.

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